Consejo Nacional de las Artes y la Cultura - Región del Maule

martes, 22 de marzo de 2011

1. FORMA Y COLOR, aproximaciones desde los sentidos (marzo 22)


Es interesante observar un momento que sucede con la luz de Curanipe. Desde ésta mañana cuando me dirigía al muro de San Pedro pude observar lo pálido que puede llegar a ser el horizonte… por ejemplo.

No es casualidad que la baguada elija estos rumbos, ya que por fin ha encontrado pinos por donde ascender y enredarse en las extensas cuencas del Maule. Esta es una forma de verlo, aunque ya dejándonos de usar calificativos abstractos, podría decir que esta mañana la nubosidad que había en la costa no me dejaba contemplar ni distraer mis pensamientos, porque es cierto que esta extensa cortina me ha sugerido que permanezca atento a los cambios y quehaceres del muro.

Todo tiene que ver con el color. Con mucho placer he podido observar las apariciones y desapariciones del reflejo, me sugiere un color metálico pardo que no permanece mucho, luego se pierde en los tonos infinitos del cielo, comenzando por el mar abierto por supuesto. El comienzo, el término. Es ahí donde aparece un tema… el límite, porque a nosotros como seres humanos nos cuesta explicar lo sinuoso de las curvas en un paisaje, y Curanipe se forja en constantes curvas, por lo tanto descifrar hasta donde llegan las hondonadas de este territorio, que se confunde en otras, es tarea difícil.

Observo una especie de naranjo, pero más allá del nombre quisiera referirme a lo que encandila. Soy un convencido que estas formas por donde me afirmo atrapa un color. Podemos explayarnos en una vasta conversación en acordar el nombre de este color, pero lo importante, no olvidar… radica en el argumento, es ahí donde aparece este paisaje. Forma y color, la forma atrapa el color y es la vista la que nos hace hablar.

¿Ha detectado usted la sorpresa que ocurre cuando uno permanece en un lugar abierto y a la distancia, en una sensación primera, detecta a una persona que con sus ropas deambula cerro abajo? Aparece en ese momento pequeños colores contenidos, andantes, moviéndose en diminutas prendas exhibidas en un cuerpo.

Note usted que a la altura de nuestros ojos diremos hasta el cansancio que ya es de noche… pero en el cielo hay una luz que haría dudar esta afirmación, me refiero explícitamente al atardecer. Esa interminable gradualidad de luz. El día y sus dos noches… seguiremos hablando del color y surgirán las formas que reclamarán su merecida mención.

¡Basta!... me retiro, la luz del faro en Loanco ha terminado ésta conversación.

Rodrigo Mejías Martínez
Arquitecto

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